Este es el aporte de Valeria L. Anselmino – Ángela M. García Clúa , sobre Sociedad y Estado.
Esperamos que en los próximos días puedan ingresar al blog.
"Sociedad y Estado
Las personas, a través de su actividad cotidiana, interactúan desarrollando una compleja trama de relaciones sociales. Esa interactuación genera la realidad social, la cual no sería más que el producto de la convivencia entre los hombres.
El individuo y la sociedad en que se desenvuelve, son elementos inescindibles y dentro de dicha sociedad actúan grupos que también, con su actividad hacen la realidad social. De acuerdo con ello, no puede concebirse que esta realidad tiene una vida “independiente” de los hombres: sin éstos aquélla no existe.
La realidad social no puede ser asimilada a un producto definitivo sino a un estado de equilibrio dinámico en permanente evolución. Los hombres actúan movidos por intereses, creencias y valores contrapuestos. Tal diversidad genera las contradicciones que no son más que una consecuencia de la actividad humana: estas contradicciones impulsan los cambios. Asimismo la convivencia entre los hombres no se da en forma anárquica. La realidad social también es convivencia ordenada. El orden está determinado por las costumbres, las creencias, los valores y un sistema de normas jurídicas, aceptados por quienes integran una comunidad particular.
Pero la convivencia ordenada requiere, además, de una autoridad que cuente con el poder legítimo suficiente para imponer las reglas a todo el grupo. Esa autoridad es el gobierno cuya diversidad organizativa determina las distintas formas de gobierno.
Sostener que la convivencia humana se da en forma organizada, significa decir que tal convivencia se manifiesta en dos niveles. En el primero se da la interacción entre los hombres dando lugar a la sociedad: el hombre es un ser social porque no puede realizarse sin los demás seres humanos. En el segundo nivel aparece el Estado que se caracteriza por ser una unidad política que se sustenta en la existencia de una autoridad (gobierno) que ejerce el poder dentro de un ámbito definido (territorio) y que en ese ámbito puede imponer coactivamente, a los hombres que viven en él, las reglas establecidas (el derecho).
En suma, la convivencia entre los hombres solamente puede ser una convivencia ordenada sujeta a las variaciones de cada momento. Lo dicho permite señalar que el Estado es una forma organizada de vida y que esa organización se expresa a través de la Constitución, que se erige como pieza clave de decisiva influencia en la conformación y equilibrio de la sociedad estatal
El estado, a través del gobierno, ejerce el poder que, a su vez, le otorga la capacidad de imponer sus decisiones y establecer las reglas de juego indispensables para la convivencia organizada. Si no existiera nada ni nadie con facultad para dirimir los conflictos, la vida en común sería imposible. En este Estado (democrático - participativo) el ciudadano es el artífice de su destino.
Sociedad y Estado conforman un sistema
Cuando se alude a que la sociedad y el estado son formas organizadas de vida se quiere indicar que ambos configuran un sistema y cada uno constituye, dentro de aquél, un subsistema parcial. Esto equivale a decir que están formados por partes. La vinculación que liga a las partes integrantes de un sistema se encuentra en una relación de ajuste recíproco de manera que lo que ocurra en una de ellas repercute directamente en las otras. Pero, asimismo, lo que suceda en el interior de un sistema no solamente lo afecta a él sino también al ambiente externo integrado por otros sistemas o subsistemas parciales. De este modo, entre todos ellos se produce una interconexión sin que ninguno pueda escapar a las influencias de cualquier signo que reciba de los demás.
En la década 1940 – 1950 se comenzó a generalizar el empleo de procesos automáticos, dotados de autoverificación interna, autocontrolados y autoconductivos. Estos procesos emergieron de la cibernética. Dicha palabra deriva del vocablo griego kybernetes con el que se designa al timonel. Este es quien tiene a su cargo conducir a una nave, lo que implica corregir el rumbo cuando se ha producido una desviación de la ruta. Los sistemas cibernéticos se caracterizan porque pueden ejecutar una increíble variedad de tareas sin necesidad de la intervención humana. Las realizan por medio del autocontrol automático sustentado en un proceso de retroalimentación. La revolución cibernética ha dado lugar a la automatización que se distingue de la mecanización, porque no necesita de la fuerza humana ni su control. Una máquina que constituye un sistema cibernético se controla a sí misma y hasta puede ser capaz de adoptar decisiones.
Pero un sistema cibernético es, en definitiva, una máquina. Por ello, ¿es posible asociarlo a un sistema político? La comunicación es el cemento que forma las organizaciones. Sólo ella permite a un grupo que piense unido, que vea unido y que actúe unido. Desde el punto de vista de la cibernética, todas las organizaciones son parecidas en ciertas características fundamentales, y la comunicación mantiene la coherencia de toda la organización. La comunicación (capacidad de transmitir mensajes y de reaccionar frente a ellos) forma las organizaciones, y parece que esto resulta cierto para diversos tipos de organizaciones. Finalmente la cibernética sugiere que la conducción o el gobierno es uno de los procesos más interesantes y significativos del mundo.
El desarrollo de la comunicación permite que un grupo social pueda pasar de ser un simple conglomerado a una organización sólidamente estructurada. La comunicación entre los individuos y grupos posibilita un mejor conocimiento entre ellos y de las distintas situaciones.
Los sistemas cibernéticos han expandido la comunicación hasta niveles inimaginables pocas décadas atrás. También han generado depósitos de memoria mediante una impresionante acumulación de datos de los que se puede disponer con la máxima rapidez. Todo ello facilita el más amplio conocimiento que es imprescindible para la adopción de las resoluciones con la mayor certidumbre posible. El conocimiento acelera la innovación tecnológica concediendo a las comunidades que han desarrollado una gran capacidad creadora, una decisiva supremacía. Los países que se encuentran rezagados deberán decidirse a realizar un esfuerzo mayúsculo si desean acortar las distancias que los supera de los colosos y también si aspiran a participar del reparto de un mayor bienestar que viene de la mano de la capacidad creadora.
Retomando lo dicho en un principio, todas las organizaciones, tanto humanas como las que constituyen las máquinas cibernéticas, poseen características comunes. La búsqueda de analogías debe realizarse por una prudente actitud que deje de lado la exaltación. Partiendo de que existen similitudes entre las organizaciones artificiales creadas por el hombre y las específicamente humanas (ejemplo: Estado), la tarea consistiría en tratar de verificar si entre unas y otras es posible encontrar modalidades de funcionamiento que se repiten en ambas.
Con esta finalidad cabe el intento de comprobar si la característica esencial del funcionamiento de un sistema cibernético, consistente en la capacidad de autocontrol sustentada en el principio de retroalimentación, es posible extenderla o encontrarla en el modo de funcionamiento de un sistema político como el Estado.
Un estudio de las funciones de un sistema político permitirá obtener la impresión de que tienen semejanza con las que cumple un sistema cibernético."
Valeria L. Anselmino – Ángela M. García Clúa
Abogadas
3/18/2006
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